Monte Hermoso, ubicado en el sur de la provincia de Buenos Aires, es un balneario que se distingue por una particularidad difícil de igualar: es la única playa argentina donde el sol se puede contemplar tanto al amanecer como al atardecer sobre el mar.
Este fenómeno, posible gracias a su orientación geográfica este-oeste, convierte cada jornada en un espectáculo natural que atrae tanto a turistas como a fotógrafos y amantes de la naturaleza.

Más allá de esta singularidad, Monte Hermoso ofrece 32 kilómetros de playas amplias y doradas, un entorno natural diverso y una propuesta turística que combina descanso, actividades al aire libre y una fuerte identidad costera que lo hacen irresistible en cualquier época del año.

Playas infinitas y naturaleza en estado puro

La playa de Monte Hermoso se caracteriza por su suavidad: no tiene desniveles abruptos ni pozones peligrosos, lo que la hace ideal para el baño de familias con chicos.

Sus aguas son templadas en comparación con otros balnearios de la costa atlántica argentina, debido a la influencia de corrientes cálidas, y permiten disfrutar de largas jornadas de mar incluso en los meses menos calurosos.

Quienes buscan naturaleza encuentran en el entorno una riqueza paisajística particular. El cordón de médanos vivos que enmarca la costa invita a caminatas y travesías en vehículos 4x4, mientras que la observación de aves se vuelve protagonista en sectores de humedales y lagunas cercanas.

El Faro Recalada, con sus 67 metros de altura, es el más alto de Sudamérica y ofrece una vista panorámica excepcional de toda la región.

Atractivos que combinan historia y paisajes

Monte Hermoso no es solo playa y descanso: también guarda tesoros culturales y paleontológicos. En la zona conocida como Pehuen Có – Monte Hermoso se han hallado restos fósiles de más de 12.000 años, incluyendo huellas humanas que constituyen una de las evidencias más antiguas de presencia en el continente.
El museo local pone en valor este patrimonio, acercando al visitante a una historia que combina arqueología y paleontología de relevancia mundial.

Por otro lado, el Parque Provincial Pehuen Có–Monte Hermoso es un espacio protegido donde conviven bosques de pinos, eucaliptos y especies autóctonas que dan lugar a senderos ideales para caminatas y paseos tranquilos.
Es un sitio perfecto para conectar con la calma del entorno y disfrutar de la frescura que aporta la sombra verde en contraste con la intensidad del sol costero.

Actividades para todos los gustos

La vida en Monte Hermoso gira en torno al mar, pero también se diversifica con opciones que hacen de la estadía una experiencia variada. Los deportes náuticos, como el windsurf, el kayak o la pesca deportiva desde la costa y embarcaciones, son muy elegidos por quienes buscan acción. Las caminatas al atardecer, los paseos en bicicleta por el frente costero y las excursiones a los médanos se complementan con una nutrida agenda cultural y de espectáculos durante el verano.

En temporada alta, el centro de Monte Hermoso cobra vida con bares, restaurantes y locales de artesanías que le dan un aire festivo y familiar. Allí se puede degustar la gastronomía local, con pescados y mariscos frescos como protagonistas, pero también con parrillas y propuestas típicas de la cocina bonaerense.

Cómo llegar a Monte Hermoso

El acceso a Monte Hermoso es sencillo. Se encuentra a 100 kilómetros de Bahía Blanca, la ciudad más cercana y principal centro urbano de la región, que cuenta con aeropuerto y terminal de ómnibus de larga distancia. Desde allí se puede llegar en poco más de una hora por la Ruta Nacional 3 y la Ruta Provincial 78, que desemboca directamente en el balneario.

Para quienes viajan desde Buenos Aires, la distancia es de aproximadamente 630 kilómetros, con un recorrido que combina la Ruta Nacional 3 y luego el desvío hacia la Ruta 78. En vehículo, el viaje dura unas 7 horas.

También hay servicios de ómnibus que conectan la terminal porteña con Bahía Blanca y, desde allí, con Monte Hermoso.

Un destino para todo el año

Aunque el verano es la temporada más concurrida, Monte Hermoso se ha consolidado como un lugar atractivo durante todo el año. El clima templado y la tranquilidad fuera de temporada lo convierten en un refugio perfecto para escapadas de fin de semana largo o para quienes buscan desconectar de la rutina en un ambiente natural.

Durante la primavera y el otoño, la combinación de temperaturas agradables, playas vacías y un ritmo de vida sereno lo transforma en un paraíso escondido para caminantes, fotógrafos y viajeros en busca de calma. Incluso en invierno, Monte Hermoso ofrece el encanto de las playas solitarias y la oportunidad de disfrutar de su identidad costera sin multitudes.

Un rincón del Atlántico que invita a volver

Monte Hermoso se presenta como mucho más que un balneario: es un punto de encuentro entre la naturaleza, la historia y la magia de los ciclos del sol que enmarcan la vida diaria de sus habitantes y visitantes. Es ese lugar donde la rutina queda atrás y el mar marca el pulso de las horas, donde el amanecer y el ocaso se transforman en rituales compartidos frente al horizonte.

Quien visita Monte Hermoso descubre no solo una playa, sino un escenario natural único en el país que invita a volver una y otra vez, siempre con la certeza de que cada día comenzará y terminará frente al mar.

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Publicado el 06/11/2025.